La gripe es una infección vírica que
afecta principalmente a las vías respiratorias superiores (nariz, garganta, bronquios)
y ocasionalmente, los pulmones.
La infección dura generalmente una
semana y se caracteriza por la aparición súbita de fiebre alta, dolores
musculares, cefalea y malestar general importante, tos seca, dolor de garganta
y rinitis.
Existen cuatro tipos de virus de la
gripe estacional: A, B, C y D. Los causantes de las epidemias estacionales son
los virus gripales de tipo A y B.
La gripe estacional se transmite
rápidamente en entornos cerrados, así como en escuelas, lugares públicos muy
concurridos, residencias, etc.
Al toser o estornudar, las personas
infectadas dispersan en el aire, a distancias de hasta 1 metro, gotículas
infecciosas (con virus), infectando así a las personas cercanas que inspiran
esas gotículas. El virus también puede transmitirse por las manos contaminadas.
Para prevenir la transmisión hay que lavarse las manos frecuentemente y
cubrirse la boca y la nariz con un pañuelo al toser.
Las medidas principales de protección personal, que debemos tener en cuenta, son:
- Lavarse las manos frecuentemente y secárselas bien.
- Mantener una buena higiene respiratoria, cubriéndose la boca y la nariz al toser o estornudar con pañuelos y desechándolos correctamente.
- Autoaislarse
rápidamente en caso de malestar, fiebre u otros síntomas gripales.
- Evitar el contacto con personas
enfermas.
- Evitar tocarse los ojos, la nariz y la boca.
La transmisión del virus es la primera medida a tener en cuenta para evitar la diseminación del virus.
Posteriormente se recomienda realizar una serie de medidas naturales, para pronta la recuperación y prevenir futuras complicaciones.
Posteriormente se recomienda realizar una serie de medidas naturales, para pronta la recuperación y prevenir futuras complicaciones.
Referencias: