domingo, 8 de diciembre de 2019

Protegernos frente a la Gripe, es la primera opción.


La gripe es una infección vírica que afecta principalmente a las vías respiratorias superiores (nariz, garganta, bronquios) y ocasionalmente, los pulmones.

La infección dura generalmente una semana y se caracteriza por la aparición súbita de fiebre alta, dolores musculares, cefalea y malestar general importante, tos seca, dolor de garganta y rinitis.

Existen cuatro tipos de virus de la gripe estacional: A, B, C y D. Los causantes de las epidemias estacionales son los virus gripales de tipo A y B.

La gripe estacional se transmite rápidamente en entornos cerrados, así como en escuelas, lugares públicos muy concurridos, residencias, etc.

Al toser o estornudar, las personas infectadas dispersan en el aire, a distancias de hasta 1 metro, gotículas infecciosas (con virus), infectando así a las personas cercanas que inspiran esas gotículas. El virus también puede transmitirse por las manos contaminadas. Para prevenir la transmisión hay que lavarse las manos frecuentemente y cubrirse la boca y la nariz con un pañuelo al toser.

Las medidas principales de protección personal, que debemos tener en cuenta, son:
  • Lavarse las manos frecuentemente y secárselas bien.
  • Mantener una buena higiene respiratoria, cubriéndose la boca y la nariz al toser o estornudar con pañuelos y desechándolos correctamente.
  • Autoaislarse rápidamente en caso de malestar, fiebre u otros síntomas gripales.
  • Evitar el contacto con personas enfermas.
  • Evitar tocarse los ojos, la nariz y la boca.

La transmisión del virus es la primera medida a tener en cuenta para evitar la diseminación del virus.

Posteriormente se recomienda realizar una serie de medidas naturales, para pronta la recuperación y prevenir futuras complicaciones.

Referencias: